viernes, 30 de noviembre de 2012


—Te tenía al alcance de la mano, me acerqué un paso y abrí el pecho. El agujero negro que tengo ahí te devoró completa, junto con algunas hojas secas que estaban caídas y un gato blanco que tomaba el sol sin mayores preocupaciones. Pronto ya no estabas, te habías metido entre mis costillas y un músculo tembloroso. En el vacío enorme que ahí tengo flotabas ingrávidamente. Cerrando los ojos y tapándome los oídos podía sentirte, escuchar algún pequeño grito sonando y su correspondiente eco.

—Pero los gritos en el vacío no pueden sonar.

—Entonces fue un sueño.

viernes, 23 de noviembre de 2012

jueves, 22 de noviembre de 2012

Nadie lee esto. Por lo tanto escribir aquí es más inútil de lo que podría imaginarme.
¿Por qué escribo acá y no en una hoja de papel? La respuesta es fácil: esto es un anzuelo con su carnada. En un mar infinito espero que otro pez como yo sea sacado del agua.
Pero el agua es inmensa y yo se que mis palabras carnadas serán perdidas.
Entonces mejor guardo estas lombrices húmedas.
Es lógico.
¿Pero cuando he seguido yo la lógica?

martes, 20 de noviembre de 2012

Me olvidé lo que quería escribir. Era algo que me representaba. O algo que podría añadir una línea al dibujo mental de mí mismo. 
Esto me hace pensar en todas las cosas que olvido. En la memoria se me pierden nombres, fechas, personas enteras. También se me pierden ideas propias. Y todo lo que se pierde deja un hueco enorme. Parece que entre los dedos se me ha escapado un pez enorme, la comida para una semana. 
Aún no olvido ciertas palabras. La única cosa verdaderamente inútil se me queda adherida adentro del cráneo.

lunes, 29 de octubre de 2012

Mis números

Ya que hay tantos que les dan tanta importancia a unos números, aquí pondré los míos:

  • 16-11-85
  • 26,11,13 y contando
  • 1,72 (menos del promedio)
  • 76, (7 u 8 de más)
  • 41 1/2
  • 30 dientes
  • 20 dedos casi completos
  • 2 oídos, 1 casi no funciona, me choco con las paredes, me mareo, me tropiezo fácilmente.
  • 0 personas interesadas en esto.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Intento de reproducir a una mujer que vi ayer en el colectivo. Tenía una nariz grandiosa, de estatua romana, prominente y masculina. Los ojos verdes y el pelo negro, combinación que siempre me atrajo.
Una fragilidad dada por el cuello larguísimo y  la blancura de la piel se oponía a la fuerza casi ofensiva de la nariz. 
No pude reproducir la boca, pero para describirla es mejor mirar una foto de Charlotte Gainsbourg.
Mi dibujo no le hace justicia y seguramente no se le parece en nada, pero teniendo en cuenta que no dibujaba desde el siglo pasado, creo que no está tan mal.
La última modificación, la definitiva creo:



sábado, 22 de septiembre de 2012

Es poesía


Entre otras cosas, verás que no eres la primera persona a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado. Te alegrará y animará saber que no estás solo en ese sentido. Son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú. Felizmente, algunos de ellos han dejado constancia de su sufrimiento. Y de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algun día de tí si sabes dejar una huella. Se trata de un hermoso intercambio que no tiene nada que ver con la educación. Es historia. Es poesía.

Fragmento del capítulo 24 de El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger


viernes, 21 de septiembre de 2012

El lado oscuro del corazón

Película argentina del año 1992, dirigida por Eliseo Subiela, con Dario Grandinetti, Sandra Ballesteros y Nacha Guevara. Incluye poesías de Mario Benedetti, Oliverio Girondo y Juan Gelman.
Acá dejo algunas partes:


Acerca de mi edad

Y no. Me niego rotundamente a responder otra vez esa pregunta.
¿Qué se puede saber de mí (o de cualquiera) a través de ese número que cambia cada año?
Yo he sacado sabiduría de personas de edad corta y vitalidad de gente de edad larga.
Dejemos ese número para cuestiones oficiales.
A los que saben mi edad les pido que la olviden, y a los que no la saben les pido que no la pregunten.

jueves, 20 de septiembre de 2012

Lo inefable

Yo muero extrañamente… No me mata la Vida,
No me mata la Muerte, no me mata el Amor;
Muero de un pensamiento mudo como una herida…
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor

De un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida,
Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?…

¡Cumbre de los martirios!… Llevar eternamente
Desgarradora y árida, la trágica simiente
Clavada en las entrañas como un diente feroz!…

¡Pero arrancarla un día en una flor que abriera
Milagrosa, inviolable!… ¡Ah, más grande no fuera
Tener entre las manos la cabeza de Dios!


Delmira Agustini