—Te tenía al alcance de la mano, me acerqué un paso y abrí el pecho. El agujero negro que tengo ahí te devoró completa, junto con algunas hojas secas que estaban caídas y un gato blanco que tomaba el sol sin mayores preocupaciones. Pronto ya no estabas, te habías metido entre mis costillas y un músculo tembloroso. En el vacío enorme que ahí tengo flotabas ingrávidamente. Cerrando los ojos y tapándome los oídos podía sentirte, escuchar algún pequeño grito sonando y su correspondiente eco.
—Pero los gritos en el vacío no pueden sonar.
—Entonces fue un sueño.
Acabo de leer tu comentario en mi blog, muchas gracias por el aporte sobre el poema "muere lentamente", cuando lo leí por primera vez me pareció que no era de él, pero luego, en una vaga búsqueda en google me apareció varias veces que sí, igual no fue tan profunda mi búsqueda, así que te agradezco nuevamente y ahora haré las correcciones correspondientes, un abrazo!
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