Y no. Me niego rotundamente a responder otra vez esa pregunta.
¿Qué se puede saber de mí (o de cualquiera) a través de ese número que cambia cada año?
Yo he sacado sabiduría de personas de edad corta y vitalidad de gente de edad larga.
Dejemos ese número para cuestiones oficiales.
A los que saben mi edad les pido que la olviden, y a los que no la saben les pido que no la pregunten.
Nos sos el primero que se sorprende con mi edad, y lo más sorprendente de eso es el hecho de que esos comentarios lo dejan a uno dando vueltas en el numero entre primera, segunda, tercera década y cuando no te diste cuenta entraste en el juego de preguntarte si perteneces al sistema de los 15, en las diversiones de los 20, en la situación sentimental de los 30 , si sos maduro o inmaduro, pensás que si murieras mañana morirías joven o viejo, que el dieci es mejor que el veinti y que el veinti esta más cerca de los 30 y los 30 de los 40 y luego al crisis... Siempre siento que miro a todos desde abajo, los 18 miran desde abajo a los de 20, 30 y ellos parecen ni notar tal cosa. No hay edades, no hay etapas, no hay números en mi opinión, solo hay personas, hay vida, hay amor, hay oportunidades, experiencias. Soy una niña, como todos probando cosas nuevas, porque siempre va a haber cosas nuevas y no hay que cerrar los ojos ni las las a ninguna de ellas.
ResponderEliminar¿Cuál es tu edad? (en ironía)
Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
ResponderEliminar¡Qué importa eso!
Tengo la edad que quiero y siento.
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la
convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!.
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!.
Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!.
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento!
José Saramago
Yo intento mantener el secreto de mi edad. Mi rostro aparenta menos años, pero acá en internet alguien me dijo alguna vez que soy un joven viejo, como un elogio (esa persona no conoció mi cara). Quizá me comporto a veces como alguien mayor y otras como un niño.
ResponderEliminar¡Que buen texto de Saramago, che!
En el mundo Blog la gente piensa que soy una persona mayor, pero tengo tan solo 27 primaveras :)
ResponderEliminarViste lo que es ese texto, se los regale a mis alumnos y les encantó.
Yo pensaba al revés, viendo tu blog notaba un espíritu alegre, optimista, y otras cualidades de una persona más joven. Eso demuestra que un simple número no puede decirnos nada.
ResponderEliminar¡¡GRACIAS!! :)
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