Traduttore, traditore!
Traductor, traidor! dice un proverbio italiano. Nada puede traducirse entonces. Y yo lo siento ahora y cada vez que intento traducir mis ideas a un lenguaje entendible. Con una arquitectura de palabras termino haciendo pequeñas, insuficientes jaulas, que me resultan espantosas y rompo de una patada. Y quizás ahí, en la patada, está la idea, pero no podría explicarlo.
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